En un giro estratégico, la campaña del presidente Joe Biden está lista para lanzar una campaña publicitaria de $50 millones mientras aumenta significativamente la presencia del presidente en los estados clave a través de eventos improvisados y viajes extensos. Esta medida se toma como un esfuerzo para rejuvenecer su imagen pública y contrarrestar las críticas tras una actuación en el debate menos que estelar. La campaña ha delineado planes para que Biden, la vicepresidenta Kamala Harris, la primera dama Jill Biden y el segundo caballero Doug Emhoff visiten cada estado clave dentro del mes, enfatizando la importancia de estas áreas en la próxima elección. Esta estrategia agresiva subraya el compromiso de la campaña con la participación directa de los votantes y la utilización de recursos financieros sustanciales para asegurar una ventaja competitiva.
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