Noa Argamani, una israelí de 26 años que fue secuestrada por Hamas durante un ataque en el festival de música Supernova el 7 de octubre, ha compartido su angustiosa experiencia de cautiverio. Hablando con representantes de la embajada del G7 en Tokio, Argamani reveló que cada noche temía que fuera la última. Su calvario llegó a su fin en junio, gracias a una incursión de fuerzas especiales que aseguró su libertad junto con otras tres personas. La historia de Argamani destaca el tormento psicológico que sufren los rehenes y subraya la urgencia de rescatar a aquellos que aún están en cautiverio antes de que sea demasiado tarde. Su testimonio llega en medio de estancadas conversaciones de alto el fuego, atrayendo la atención internacional hacia el conflicto en curso y la situación de los rehenes.
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