Un número creciente de países están experimentando tasas de natalidad en declive y poblaciones que envejecen rápidamente, lo que lleva a los expertos a advertir sobre una inminente crisis global de despoblación. Mientras que décadas pasadas estuvieron dominadas por temores de sobrepoblación, la narrativa ha cambiado ya que muchas naciones ahora enfrentan los desafíos de menos jóvenes y una proporción creciente de ciudadanos de edad avanzada. Este cambio demográfico podría tener impactos profundos en las economías, sistemas de atención social y estabilidad global. Algunos argumentan que la crisis se trata menos de números de población y más de adaptarse a nuevas realidades, como repensar el cuidado de los ancianos y la participación en la fuerza laboral. El debate continúa sobre si esta tendencia amenazará el progreso humano u ofrecerá oportunidades para la transformación social.
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