Una grave crisis de hambre se está desarrollando en Gaza, con médicos y trabajadores humanitarios informando niveles sin precedentes de desnutrición y hambruna, especialmente entre los niños. Más de 120 palestinos han muerto de hambre, y los hospitales están abrumados por niños esqueléticos y familias desesperadas. Las entregas de ayuda siguen siendo severamente restringidas, con cientos de camiones atascados en los puntos de entrada y acusaciones volando entre Israel y la ONU sobre la responsabilidad del bloqueo. Organizaciones humanitarias y funcionarios de la ONU advierten que la hambruna es inminente, y piden un alto el fuego inmediato y acceso sin restricciones a la ayuda. La crisis se ve exacerbada por el conflicto en curso, el estancamiento político y políticas deliberadas que limitan el suministro de alimentos y medicinas a la franja.
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