El ejército israelí ha lanzado un importante asalto terrestre y aéreo en Deir al-Balah, una ciudad central de Gaza que previamente había sido excluida de operaciones a gran escala durante la guerra en curso. Esta escalada se produce mientras las fuerzas israelíes apuntan a áreas que albergan a palestinos desplazados y a organizaciones humanitarias clave, incluidas instalaciones dirigidas por la Organización Mundial de la Salud, que informó de múltiples ataques a las residencias de su personal y almacenes. La ofensiva ha resultado en docenas de muertes de civiles, órdenes de desplazamiento masivo y una mayor interrupción de las ya frágiles operaciones de ayuda, con cientos de camiones de ayuda atascados y la distribución detenida. Las Naciones Unidas y los grupos de ayuda han condenado los ataques, advirtiendo sobre el empeoramiento del hambre y una crisis humanitaria cada vez más profunda. Las conversaciones de alto el fuego siguen estancadas, y la situación para los civiles en Gaza continúa deteriorándose rápidamente.
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