Las autoridades de Hong Kong han emitido órdenes de arresto y ofrecido recompensas en efectivo por información que conduzca a la captura de 19 activistas pro-democracia que viven en el extranjero, acusándolos de subversión bajo la ley de seguridad nacional. Muchos de los objetivos están involucrados con el 'Parlamento de Hong Kong', un grupo que realizó encuestas no oficiales fuera de la ciudad para abogar por reformas democráticas. La medida ha recibido una fuerte condena por parte del Reino Unido y otros gobiernos occidentales, quienes acusan a Hong Kong y Beijing de represión transnacional y de socavar las normas legales internacionales. Las autoridades de Hong Kong han desestimado estas críticas como sesgadas y falsas, insistiendo en que las acciones son necesarias para la seguridad nacional. Las recompensas han aumentado las tensiones entre Hong Kong y los países donde residen actualmente los activistas, generando preocupaciones sobre el alcance de las leyes de seguridad de China más allá de sus fronteras.
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