India está señalando una renovada apertura para revivir el diálogo trilateral Rusia-India-China, que ha estado inactivo durante mucho tiempo, reflejando su estrategia de protegerse contra la dominancia occidental y navegar en conflictos globales cada vez más intensos. Los diplomáticos indios han defendido los lazos económicos y estratégicos en curso con Rusia y China, enfatizando la necesidad de un compromiso pragmático en lugar de aislamiento. Esta decisión se produce en un momento en que la región del Indo-Pacífico se convierte en un punto focal para la competencia de grandes potencias, con India buscando equilibrar sus intereses en medio del creciente unilateralismo y alianzas cambiantes. Este posible resurgimiento se ve como una forma para que India mantenga autonomía estratégica e influencia en un paisaje geopolítico que cambia rápidamente. Las discusiones resaltan el deseo de India de evitar ser encasillada en un solo bloque mientras salvaguarda sus intereses económicos y de seguridad.
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