Los rebeldes hutíes de Yemen han anunciado una escalada importante en su campaña marítima, declarando que atacarán cualquier barco mercante perteneciente a empresas que hagan negocios con puertos israelíes, independientemente de la nacionalidad, bandera o destino del barco. Esto marca el inicio de una 'cuarta fase' en su bloqueo naval contra Israel, expandiendo significativamente el alcance de sus ataques más allá de los barcos directamente relacionados con Israel. Los hutíes, respaldados por Irán, afirman que estas acciones son en respuesta a las operaciones de Israel en Gaza y tienen la intención de presionar a Israel al interrumpir el comercio global a través del Mar Rojo, una ruta de envío vital. La medida ha aumentado los riesgos para las empresas de envío internacionales y ha generado preocupaciones sobre la estabilidad de las cadenas de suministro globales. Organizaciones de derechos humanos y gobiernos han condenado los ataques, advirtiendo sobre consecuencias económicas y humanitarias más amplias.
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