Por primera vez, dos importantes organizaciones israelíes de derechos humanos, B'Tselem y Médicos por los Derechos Humanos-Israel, han acusado públicamente a su propio gobierno de cometer genocidio contra los palestinos en Gaza. Sus informes alegan que los tomadores de decisiones israelíes están apuntando deliberadamente a toda la población de Gaza y destruyendo sistemáticamente la sociedad palestina. Estas acusaciones surgen en medio de pruebas crecientes de hambruna generalizada, muertes de civiles y destrucción de infraestructura, intensificando la presión internacional sobre Israel. El gobierno israelí niega rotundamente estas afirmaciones, insistiendo en que sus acciones apuntan a Hamas, no a civiles, y que está facilitando la ayuda humanitaria. La medida sin precedentes de estas organizaciones israelíes ha generado un debate global y renovado llamados a la intervención para poner fin a la crisis humanitaria.
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